Con su venia, diputado presidente.

Los acuerdos logrados para construir este dictamen marcaron un antes y un después en la certidumbre de los contribuyentes y en la equidad fiscal que tanto necesita el país.

Más allá de la agenda de los partidos, hoy ante la incertidumbre, la volatilidad o lo impredecible que pueda ser el panorama internacional, es que este Congreso con un alto sentido de responsabilidad aprobará cambios a la Miscelánea Fiscal que remitió el Ejecutivo con el fin de enfrentar estos desafíos.

Una miscelánea que por su complejidad, por su ambición y alcance, nos habla de la gran responsabilidad que ha tenido este Congreso para con los contribuyentes al no haber realizado diferencias entre personas físicas o morales, sectores o intereses. Este dictamen es producto de un diálogo abierto hacia la sociedad en donde escuchamos las voces de importantes representantes del sector público, privado y social.

Estoy convencida de que estamos tomando medidas correctas y oportunas, pero también estoy convencida que los cambios que hemos impulsado en este dictamen son benéficos para los contribuyentes y darán un mayor sistema justo tributario.

Uno de los principales elementos que debemos mantener y defender es la estabilidad macroeconómica. No solo las experiencias recientes de países sumidos en episodios de crisis económica, sino también nuestra propia historia nos han demostrado que actuar en contra de este principio tiene elevados costos para el bienestar de la población, particularmente de los que menos tienen.

La estabilidad macroeconómica se construye a partir de finanzas públicas sanas y sólidas a lo largo del tiempo. Es decir de dotar al sector público de fuentes de ingresos sostenibles, justas y equitativas y de decisiones de gasto y endeudamiento público consistentes con la disponibilidad de los recursos.

Las modificaciones mencionadas en este dictamen están específicamente diseñadas para impulsar el ahorro y la inversión de nuestra economía, con lo cual se ampliará la planta productiva con el consecuente efecto que ello tendrá sobre la generación de empleos para las familias de este país.

En un acto de justicia fiscal, elevar el monto que puedan deducir las personas físicas de cuatro a cinco salarios mínimos elevados al año o el que resulte menor del 10 por ciento del total de los ingresos del contribuyente.

Por una mayor igualdad incluimos en el dictamen que pudieran deducirse al 100 por ciento los gastos vinculados con la incapacidad laboral. Para dar mayores oportunidades a las empresas motores de la economía, se incluyó la deducción acelerada de la inversión de bienes nuevos, de activo fijo y se incrementa el monto de los ingresos de las empresas que podrán gozar de este beneficio, de 50 a 100 millones de pesos.

En un año de retos y oportunidades, por un lado la Miscelánea Fiscal permitirá consolidar nuestros refuerzos para fortalecer estructuralmente las finanzas públicas, al tiempo de entrelazar la unidad de un sistema tributario sin privilegios.

Sobresale la actualización de la tasa de retención a los ingresos por intereses que beneficiarán a más de 3 millones de cuentahabientes que reciben ingresos gravables, el incremento del umbral para la deducción inmediata por parte de micros y pequeñas empresas que otorgará impulso a más de 4 millones de establecimientos productivos; la exención a los pequeños productores del sector primario que aliviará la situación de más de cuatro millones de familias en el campo, por mencionar los principales.

La Miscelánea Fiscal que presentamos también incluye medidas que promueven la formalidad. Este es un punto de especial importancia, considerando que la formalidad es un detonante de la productividad y de la inclusión social.

Mayor formalidad implica un cumplimiento más uniforme y equitativo de las obligaciones tributarias, y en una última instancia, en una situación de mayor justicia frente al pago de impuestos.

No puedo dejar de mencionar entre estos cambios el estímulo fiscal de las energías renovables porque se exime del pago al impuesto sobre la renta a los dividendos o utilidades que se distribuyan en la cuenta de utilidad por inversión de estas energías.

La capitalización delgada que aplicaría a la inversión relacionada con la generación de energía eléctrica; la reinversión de utilidades que beneficiará a las empresas que hayan registrado de su contabilidad las utilidades generadas entre el 2014 y 2016.

Falta mucho tramo por recorrer y debemos poner en perspectiva lo que se ha logrado en este Congreso al proponer cambios a la Ley del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios.

Sin duda de enorme trascendencia por un país como México en donde el consumo de gasolina per cápita  es más del doble que en Chile o del triple que en Brasil, que a partir de la reforma del IEPS se actualiza la metodología para justificar los precios máximos al público de las gasolinas y el diesel, generando un importante margen de certidumbre para los consumidores.

En buena medida también en Código Fiscal de la Federación que estamos por aprobar, previmos modificaciones que fortalecen de manera significativa el bienestar que una buena legislación tributaria genera para un entorno de gobernabilidad y cumplimiento.

Hoy, desde esta tribuna, pensemos en México, pensemos en que podemos eliminar los rezagos de forma firme y contundente. Con este dictamen se fortalecen las capacidades tributarias al tiempo que se multiplican las posibilidades de crecimiento. Es cuanto, diputado presidente.

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO